Observación de Práctica
OBSERVACIÓN DE PRÁCTICA
Lugar: Minimarket perteneciente a la Estación de Servicios “YPF”, ubicada en laruta Nº 7, localidad de Uspallata provincia de Mendoza.
Fecha:
Hora: 22:30 Hs.
Observador: Bustos Matías E.
Después de viajar de la ciudad de Mendoza al valle de Uspallata, habiendo recorrido 130 kilómetros de ruta en vehiculo, con un abundante transito comienzo esta observación siendo las diez y media (de la noche) en la localidad antes mencionada, del minimarket de una estación de servicio (Y. P. F) situada en el corazón del pueblo, lugar que es atravesado por turistas, transportistas tanto de carga como de pasajeros y también por lugareños.
El local posee un frente vidriado, con una puerta doble hoja de más o menos 1,50 metros de ancho cada hoja, esta puerta posee un marco metálico blanco, desde afuera el lugar da la impresión de ser una tienda de ropa.
Siendo las diez y media ingreso al local, lo primero que encuentro al atravesar la puerta es otra puerta de las mismas características que la anterior, estas dos puertas crean una especie de recibidor o hall de 2 metros cuadrados el suelo esta cubierto con una alfombra gris y en cada punta de este hall hay dos plantas, atravesando la segunda puerta encuentro un mostrador sobre el cual hay dos carameleras comerciales o tipo kiosco, una a la derecha y otra a la izquierda de dicho mostrador, se hallan repletas de todo tipo de golosinas, detrás del mostrador se encuentra la empleada del comercio, vestida con el uniforme habitual de YPF (remera negra manga corta con cuello color naranja, y un pantalón color beige), detrás de ella hay una especie de mesada donde se encuentra una computadora; le pregunto si puedo realizar una observación del lugar explicándole el por que de mi solicitud, la mujer responde:
E: _ Sssiii, (como quien responde con duda).
E: _ No creo que puedas observar mucho, ya que por la hora no hay movimiento (agrega).
O: _ OK, no te hagas drama.
Con una pequeña sonrisa me dirijo a una mesa y ocupo un lugar en el local, el cual esta vacío, solo estamos ella y yo.
Son las diez cuarenta y cinco desde el lugar le solicito a la mujer un café, ella se levanta de su silla, donde estaba sentada detrás del mostrador y deja una revista sobre el mostrador, a lo lejos parecía que era una de esas de crucigramas.
El local tiene dos sectores, uno donde hay 5 mesas cada una con 4 sillas, tiene un pequeño televisor colgado en uno de sus vértices superiores, las mesas y sillas son de madera y caño cromado, muy bien conservadas, hay una puerta de madera en otro ángulo de la sala, el segundo sector posee tres heladeras con diferentes bebidas, y dos pequeñas góndolas provistas de una gran variedad de mercadería comestible. Los dos sectores se encuentran adornados con plantas.
La mujer me acerca el café, son las diez cincuenta, ella mira la hora en su reloj pulsera y gira la cabeza de lado a lado en forma de negación, mira hacia afuera como si esperara a alguien. Afuera solo se ven camiones transitar por la ruta y algunos muchachos conversando con el señor de las bombas de combustibles.
El local posee una pequeña habitación, pareciera ser la cocina, desde el lugar que me encuentro puedo ver la batea con sus respectivas canillas de agua, esta habitación se ubica en la esquina izquierda (mirando de frente) a un lado del mostrador.
Veintidós cincuenta y siete terminé el café, me arrimo al mostrador para cancelar la deuda, dando una ultima mirada y desde otro ángulo puedo ver que la pared del sector de las mesas, esta pintada con diferentes dibujos muy coloridos, estos dibujos que ocupan toda la pared son atravesados por una calle dibujada también y en esa calle circula un autito y un camión.
Son las once, me despido de la mujer, la cual pareciera que se llama Analia ya que lleva agarrado a su remera un pequeño prendedor de unos 5 por 2 centímetros donde se encuentra escrito en mayúscula ese nombre.
Salgo del local, hace frío, saludo levantando la mano derecha, al señor de las bombas que sigue conversando con los muchachos, y me marcho a casa.
